martes, 25 de diciembre de 2007

La última noche del expreso

Fue despedido como un héroe, y su último viaje, en una jornada de excepción, también comenzó con una excepción. Aunque no suele hacerse de noche y en núcleos urbanos, el maquinista José Antonio Vega hizo sonar el silbato de la locomotora Mitsubishi 251.004, que arrastró el viernes el último tren expreso Asturias-Madrid. Eran las 22.30.

El silbido identificaba así a un tren que solía partir en silencio y solitario, pero que el viernes congregó en la estación Gijón-Jovellanos a unas cien personas que siguieron el acto de despedida organizado por la Asociación de Amigos del Ferrocarril «Don Pelayo». Los aficionados tomaron innumerables fotos de la última partida del expreso, destinadas a foros ferroviarios de internet y a archivos personales. El director del Museo del Ferrocarril de Gijón, Javier Fernández, también inmortalizó el momento.

El del viernes fue un expreso que estuvo a punto de no salir, y que tuvo bloqueada la venta de billetes hasta el día anterior, a causa de paros ferroviarios finalmente desconvocados. Al final, partió. En la cabina de la locomotora viaja, Pablo de la Varga, jefe de maquinistas. «La 251 es una locomotora muy buena para el Pajares, con 5.000 caballos para arrastrar hasta 1.050 toneladas en rampas de 20 milésimas, como las del puerto», comenta.

Ninguna línea ferroviaria española posee el perfil de Pajares, con 50 kilómetros de rampas, desde La Cobertoria a Busdongo. La 251.004 lleva a las espaldas unos 700.000 kilómetros de viajes, y en el presente está dedicada a mercancías. Pero inició su servicio, a comienzos de los años ochenta del pasado siglo, llevando expresos como el de Asturias. Por ello la Asociación «Don Pelayo» solicitó a Renfe su uso para este último viaje.

El expreso alcanza los 115 kilómetros hora a su paso por Monteana. De la Varga, con 35 años en Renfe y 20 de maquinista, recuerda que condujo por primera vez este expreso en 1977, arrastrando 17 coches. En el día de su despedida, el Estrella «Costa Verde» lleva dos, uno de asientos -clase preferente- y otro de camas. Es la composición habitual desde hace años.

Junto a De La Varga, van en cabina los maquinistas José Antonio Vega -26 años en Renfe-, y Miguel Álvarez, con 25 años de servicios. El expreso llega a las 22.58 horas a Oviedo, donde unas sesenta personas lo esperan para saludarlo y fotografiarlo.

De La Varga rememora momentos duros de conducción: «Llevar un expreso por Pajares con 17 coches y fuertes nevadas es muy duro; a veces tuve 12 horas de retención por la nieve; otras veces, animales salvajes se metían en los túneles para protegerse del frío».

Los tres maquinistas reconocen la principal dificultad de conducir un expreso. «He pasado mucho sueño a lo largo de estos años y no voy a tener pena por su desaparición; con 25 años tenía una vitalidad enorme, pero ahora hacer noche no es lo mismo», comenta Vega. ¿Cómo combate el sueño un maquinista nocturno? «Con la siesta de tarde, agua y paciencia», señala Miguel Álvarez. «Te pones de pie, abres la ventanilla», añade Vega.

En Mieres-Puente, a las 23.20 horas, un hombre emocionado saluda al expreso desde el anden y se lleva las manos al corazón. En Pola de Lena comienza la vía única. A los pocos minutos, Vega, a los mandos, dice: «Ya estamos en rampa». Es La Cobertoria. Comienzan los 80 túneles de Pajares, de presencia tan patente que los ferroviarios nunca enuncian el kilometraje del puerto, sino el número de túnel en el que están. «Éste, el 70, en herradura, lo cogemos en Fierros y, al salir de él veremos Fierros allá abajo», explica Vega. Luego viene el túnel de El Capricho, aquel «en el que las dos brigadas de construcción no se encontraron», agrega De La Varga.

El expreso viaja a 70 kilómetros hora y la locomotora va suave. Hay brigadas de trabajadores de mantenimiento de la línea a la altura de los túneles 53 y 22. «Esperan a que pasemos para empezar a trabajar; su labor es constante, tensando la catenaria, arreglando argayos o desperfectos de la vía», comenta Vega, quien reconoce que la línea de Pajares es bellísima de día: «Los hayedos rojos, las irisaciones anaranjadas al amanecer, las cascadas y torrentesÉ».

Llega el túnel 11, La Perruca, de tres kilómetros, frontera entre Asturias y León. Y, finalmente, el 9, el de Busdongo. A las 00.52 horas el expreso alcanza La Robla, y comienza a circular a 140 kilómetros hora. «Esta velocidad no la coge con mercancías, pero mirad qué bien responde», señala Miguel Álvarez. En León, otro grupo de amantes del ferrocarril espera al expreso con una pancarta de despedida. Y de nuevo, a 140, hasta Palencia y Venta de Baños, lugar de unión con los expresos de Santander e Irún-Bilbao.


Amantes del tren



Dentro del expreso, en clase preferente, viajan una docena de amantes del ferrocarril, jóvenes en su mayoría. Jesús Suárez es el tesorero de la «Don Pelayo»: «Esto es muy emocionante, pero nos da pena su desaparición, porque cumplía un servicio».

Javier Díaz y Ana Belén Gallego son novios avilesinos. Él dice estar «francamente triste; mi padre viajaba en este tren desde Villalegre a Madrid cuando yo era pequeño; incluso pudo haber viajado alguna vez con esta misma locomotora. Conservo los billetes de mi padre. A mí, el expreso también me ha prestado un buen servicio; es como si este tren fuese mi amigo».

Francisco Fernández viajó por primera vez en el expreso Asturias-Madrid el 22 de septiembre de 1951: «¿Quién me iba a decir ese día que en 2007 estaría haciendo este último viaje?».

Sin ser adoradores del ferrocarril, también viajan Ángeles Nacarinos -«es verdad que viajando así se hacían amistades»- y su marido, Pedro Hurtado, ferroviario. Son de Alcalá de Henares. Tampoco es fanática del tren la gijonesa Lorena Álvarez-Sala -descendiente del pintor Ventura, o del arquitecto Enrique-, que viaja desde León a Madrid, para ver a su novio. «Este año he hecho el viaje unas quince veces y sabía que hoy era el último día». En total viajan 24 pasajeros en preferente y dos en camas. En Venta de Baños, 30 minutos de parada y nueva sesión de fotos de los aficionados. «Son como las pilas Duracell, duran, duran y duranÉ», bromea Ana Belén Gallego sobre su novio y resto de amantes del tren.

En el restaurante Sandoval, «la cantina más ferroviaria de España», juegan al tute los lugareños -«¡Arrastro!», etcétera-. «¡Coño!, hay callos», advierte Francisco Fernández. «Venga, una ración». La locomotora 251.004 es enganchada a los dos coches que suben desde Madrid a Asturias.

Vuelta a Gijón. Son las 3.05 de la mañana. El tren trae cinco cabinas y 40 plazas ocupadas. A las 7.31 de la mañana, el tren llega a la villa de Jovellanos. El último expreso que en su última madrugada alcanzaba Gijón llega cuatro minutos antes de su desaparición.

Alas en los caminos de hierro

Han pasado 170 años desde que un inglés, R. Keiley, planteara la primera iniciativa para construir un tren en la provincia. En 1844 el británico propuso hacer una línea entre León y Avilés, y cuatro años después el gobierno le dio el visto bueno. Pero el plan no prosperó. Eran, en cualquier caso, los tiempos en que el modo de comunicación que revolucionó el paisaje y la economía del país comenzaba a dibujar sus primeros trazos, aún en papel, en una provincia atrasada, aislada históricamente, con especiales dificultades de comunicación en el Norte que tardaría décadas en solventar, siquiera mínimamente.

Fue en 1855 cuando la evidencia de un necesario impulso a la economía y de una mejor forma de trasladar las mercancías llevó a promulgar una Ley de Ferrocarriles que sentara las bases de una transformación que no podía llegar de ninguna manera en aquel país de caminos, carros y caballos, donde las distancias se convertían a menudo en obstáculo insalvable. Ese mismo año el ingeniero de Minas Ignacio Gómez de Salazar elaboró un informe para la Diputación Provincial en el que proponía tres trazados principales: Gijón, Palencia y La Coruña.

Batalla con periódico

La propuesta de unir León con Palencia (que acabaría ligando la provincia con la capital del país) contó hasta con un periódico nacido especialmente para potenciar el proyecto: El Esla, de la mano de Manuel Arriola.

Entre aquellos primeros aventureros del tren estaba la empresa Miranda e Hijo, que en 1861 consiguió la concesión del Gobierno para los tramos Palencia-León y León-Ponferrada. Allí nació la Compañía del Noroeste. El primero de los tramos, en realidad el primer ferrocarril que funcionó en la provincia, se inauguró en noviembre de 1863 y unía León con Palencia. El 19 de febrero de 1866 llegó el tren a Astorga. Doce años después quebró esta compañía, de la que nació la Compañía del Norte, para Asturias, Galicia y León. La conocida como Caminos de Hierro del Norte.

Mientras, otras zonas de la provincia comenzaban a disfrutar ya de las ventajas de la nueva forma de comunicación. En agosto de 1866 se abre la línea a Gijón en el tramo La Robla-Pola de Gordón; y en 1872 se pone en funcionamiento el tramo entre Pola de Gordón y Busdongo, mientras Asturias ponía las primeras traviesas que unirían Gijón con Pola de Lena.

Pero el gran salto en la unión de León con Asturias se produjo en 1884, cuando se termina el tramo Busdongo-Puente de los Fierros, que salva el impredecible puerto de Pajares. En agosto de ese año la meseta quedaba definitivamente comunicada con el mar por esta zona.

Inauguración real en El Bierzo

El Bierzo, la puerta de Galicia a la meseta, no se quedó atrás en esta aventura. En 1868 el tren llegó a Brañuelas, pero uno de los grandes hitos de las comunicaciones bercianas fue el túnel del Lazo, que unía El Manzanal con la ribera del Boeza, salvando un desnivel de 450 metros. En septiembre de 1881 entra en funcionamiento la obra diseñada por Melitón Martín; y un año después Ponferrada queda unida por tren a Brañuelas. En marzo de 1883 se abrió el tramo Ponferrada-Toral de los Vados. Fue un año histórico para la comarca. El 1 de septiembre el rey Alfonso XII inaugura con un viaje oficial la comunicación de Madrid con Galicia.

Con el final de siglo Astorga gana la primera de las batallas de una contienda que se mantiene en cada uno de los grandes proyectos ferroviarios que se diseñan en la provincia desde entonces, y a la que no ha sido ajena tampoco la alta velocidad. En 1898, casi una década después de que el Congreso aprobara en un primer momento la línea Benavente-León, se abre la línea Plasencia-Astorga. La ruta de la Vía de la Plata a través del tren esquivó por primera vez a la capital de la provincia.

Otras iniciativas, como el de la vía León-La Bañeza-Puebla de Sanabria-Braganza o el Sahagún-Burgos; el Villafranca-Ribadeo o el Ponferrada-Pravia, se quedaron para siempre en el cajón de los proyectos. El cambio de siglo sorprendió a León con un nuevo mapa de comunicaciones por tren que se dividía entre el asturiano y el gallego , un esquema que sigue funcionando en lo esencial en la actualidad. En 1896 había 290 kilómetros de vías en la provincia que abrían las puertas de la nueva centuria engranadas en los raíles del progreso. Aunque no fueron estos los únicos raíles en los que se cimentó el verdadero crecimiento económico de la provincia durante el siglo XX.

De hecho, las necesidades del sector ceralista, pero sobre todo del sector minero, contribuyeron a vertebrar la provincia a través de un entramado de vías métricas, el ferrocarril económico, que marcó mucho más que el traslado de las mercancías a los lugares de consumo. Así nació a finales del siglo XIX el Ferrocarril Económico de Rioseco a Palanquinos, inaugurado en 1915 y que comunicó Tierra de Campos.

O el Hullero, que se llevó el carbón de las cuencas de Matallana y Sabero, pero también a sus gentes, hacia las industrias y la promesa de una vida mejor en Vizcaya. Las dificultades de la siderurgia vizcaína de conseguir carbón barato a finales del siglo XIX impulsaron la idea de comunicar las cuencas leonesas con sus altos hornos. El proyecto de Mariano Zuaznavar fue el primer ferrocarril de vía estrecha transversal el país, la concesión llegó en 1890 con la autorización de construir y explotar un tren para transporte de carbón entre La Robla y Valmaseda.

El Hullero tuvo una vida llena de altibajos, solventados en épocas como la integración del carbón de Sabero al transporte gracias a la construcción de un ramal; o el aislamiento europeo en la I Guerra Mundial, que espoleó la demanda de carbón. Durante la Guerra Civil quedó dividido entre los dos bandos, y en León marcó también la línea del frente entre nacionales y republicanos. Pero, además de carbón, sus vagones vertebraron la comunicación de una zona de la montaña aislada y atrasada, que sintió perderse una forma de vida cuando en 1991 el ministro Borrell dictó la suspensión del servicio de viajeros por falta de seguridad. Hoy, felizmente recuperado.

El aislamiento y las dificultades del transporte fueron también el principal inconveniente para el desarrollo del Bierzo, y el lastre que arrastró su minería hasta que llegó la solución del ferrocarril. Fue el ministro Francisco Cambó quien a principios de siglo propuso construir una línea métrica entre Ponferrada y Villablino, línea diseñada por José María Alonso Areyzaga. La concesión para mercancías y pasajeros se concedió a Pedro Ortiz y Muriel. En apenas diez meses los contratistas vascos apuraron la construcción de la línea, que se inauguró en julio de 1919 con un tramo inicial de 62 kilómetros que iría modificándose después según las necesidades.

Fueron los primeros pasos de la revolución que supusieron aquellos caminos de hierro, que pronto llegarán a León a toda velocidad.

jueves, 8 de noviembre de 2007

La estación de Chamberí y la Nave de Motores de Pacífico serán centros de interpretación de Metro antes de 2008

La estación de Chamberí de Metro de Madrid, cerrada desde hace más de 40 años, reabrirá sus puertas como centro de interpretación de la historia del suburbano, previsiblemente, antes de finales de año, según anunció hoy el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.

Gallardón, que se manifestó así en la rueda de prensa posterior a la reunión de su Gobierno, explicó que en las próximas semanas también será inaugurada la remodelación a la que se ha sometido la Nave de Motores de Pacífico, que fue construida para generar y almacenar la energía con la que funcionaban los trenes y que ahora también será un centro de interpretación.

La Junta de Gobierno aprobó hoy una inversión de más de 4,8 millones de euros para finalizar los trabajos de rehabilitación de estas dos instalaciones, que cuando sean inauguradas permitirán a los visitantes conocer la historia del Metro de Madrid desde sus inicios, dentro del proyecto denominado 'Andén 0'.

En concreto, el Ayuntamiento ha autorizado una adenda al convenio de colaboración con Metro de Madrid, suscrito en diciembre de 2005, para rehabilitar y abrir al público la estación de Chamberí, por valor de 3,2 millones de euros. Además, aprobó otra adenda a este acuerdo, en los mismos términos, destinada a la sala de turbinas de la central eléctrica de Pacífico, que supondrá una inversión de 1,6 millones de euros.

ESTACIÓN DE CHAMBERÍ

La antigua estación de Chamberí pertenece a la primera línea de Metro de Madrid, inaugurada en 1919 y que contaba con ocho estaciones: Cuatro Caminos, Ríos Rosas, Martínez Campos (la actual Iglesia), Chamberí, Bilbao, Hospicio (Tribunal hoy en día), Red de San Luis (Gran Vía actualmente) y Puerta del Sol. A principios de los 60, la Compañía Metropolitana decidió aumentar la longitud de los trenes y ante la imposibilidad de alargar esta estación, la clausuró. El cierre definitivo tuvo lugar el 22 de mayo de 1966.

El diseño, de Antonio Palacios, optó por una solución funcional muy simple en cuanto a recorridos y organización y por unos acabados sencillos. Incorporó la luz natural mediante un lucernario en el vestíbulo. Para el interior eligió un recubrimiento cerámico con juegos ornamentales.

La bóveda de la estación va recubierta de azulejo blanco biselado y sus estribos estaban decorados por grandes recuadros de azulejos sevillanos que limitan el contorno de los carteles anunciadores, también de cerámica, en encintado ocre y azul. Estos carteles publicitarios son uno de los grandes atractivos de la estación, ya que se conservan prácticamente tal y como fueron creados en la década de los 20.

NAVE DE MOTORES DE PACÍFICO

La Nave de Motores de Pacífico fue construida entre 1922 y 1923 y empezó a funcionar a partir de 1924. En su interior están instalados tres motores diesel de grandes dimensiones y el resto de la maquinaria (alternadores, dinamos, baterías, etc.) que en su momento sirvieron para generar y almacenar la energía con la que funcionaban los trenes.

Durante la Guerra Civil, y debido a las restricciones, proporcionaron energía eléctrica la ciudad, a través de la compañía Unión Eléctrica Madrileña. Con el paso del tiempo, y a medida que las compañías fueron capaces de asegurar un suministro cada vez más regular, la central, que llegó a ser la de mayor potencia instalada en España, quedó obsoleta y dejó de funcionar en 1972, siendo definitivamente clausurada en 1987.

El edificio es obra, al igual que la estación de Chamberí, del arquitecto Antonio Palacios. Las obras de mantenimiento y conservación que ahora se acometen, según proyecto del arquitecto Carlos Puente, devolverán a la nave su aspecto original, tanto exterior como interiormente, e irán acompañadas de la limpieza y restauración de la maquinaria.

El proyecto 'Andén 0' contempla también la instalación de un motor eléctrico que permitirá recrear el funcionamiento de los tres grandes motores navales, de 1.500 caballos cada uno, que suministraban energía al suburbano el pasado siglo.

jueves, 11 de octubre de 2007

Un vagón lleno de historia

El 23 de septiembre de 1927 se inauguró la línea del ferrocarril Vasco-Navarro que unía Vitoria con Estella. Un tren muy avanzado para su época que fue testigo de las relaciones personales y comerciales entre ambos territorios.

Dicen que el ferrocarril no es un medio de transporte, es una filosofía de vida. Cuando hace décadas la gente viajaba en tren, lo importante no era cuándo iban a llegar, sino cómo, pues cada viaje era una oportunidad para vivir nuevas experiencias. A buen seguro, aquellos gasteiztarras que, tal día como hoy, ochenta años atrás, viajaban en el recorrido inaugural de la línea del Vasco-Navarro que unía Vitoria y Estella, así lo podrían atestiguar.

Pero la historia de este hoy histórico ferrocarril se remonta mucho más en el tiempo, y sobre todo se remonta hasta la figura personal de Joaquín Herrán, quién, decidido a dotar a su provincia de una línea de tren, emprendió una empresa titánica que acabaría materializándose años después en los vagones que unirían diversos puntos del territorio vasco. "Era un visionario, un hombre adelantado a su época", señala Javier Suso, experto en el apasionante mundo del ferrocarril Vasco-Navarro e hijo de uno de los últimos trabajadores.

Tras comprobar que las instituciones locales no se mostraban en disposición de emprender la creación de la línea, Herrán consiguió el apoyo económico de la Banca Artola, junto con capital inglés, y el 22 de marzo de 1879 se creaba la primera comisión gestora para la construcción de la vía. En 1889 se inauguró el primer tramo, entre Vitoria y Salinas de Léniz. Sin embargo, después de incontables problemas financieros y de construcción -la complicada orografía tampoco ayudó a que las obras avanzarán - el Estado acabó por adueñarse de la gestión, y hasta 1914 no reemprendió las obras del ferrocarril.

Habrían de pasar aún varios años hasta que la niña bonita del conocido como trenico iniciara su recorrido, pues no fue hasta el 23 de septiembre de 1927 cuando los vagones de la Vitoria-Estella se pusieron en marcha. Como explica Javier Suso, la línea "era la más moderna de la época, pues tan sólo dos años después de su inauguración se procede a su electrificación, así que podríamos decir que era más avanzada de lo que el AVE supone hoy respecto al resto de trenes".

El encargado de diseñar la línea fue el ingeniero Alejandro Mendizábal. "Es sorprendente que aún hoy en día este hombre no haya tenido el reconocimiento que se merece, es una persona clave en la historia de la ciudad", reivindica Suso. Sesenta kilómetros de recorrido entre Estella y la capital alavesa que los viajeros realizaban en una hora y media. Sus vagones, lujosos los de primera clase y sencillos los de tercera, se llenaban de personas que con el tiempo acababan por convertirse en una gran familia.

Las décadas de los treinta y cuarenta fueron los años de apogeo para la línea, y un gran número de vendedores usaban el tren para realizar compraventas entre las dos ciudades. "En esa época era muy común el estraperlo, incluso los propios trabajadores intentaban sacarse unas pesetas con ello, aunque cuando subía la Guardia Civil podía verse cómo la mercancía salía volando por las ventanillas", comenta Javier Suso.

Y, al parecer, la presencia de la Benemérita era constante en la línea, principalmente porque, al igual que monjas y familiares de los ferroviarios, no tenían que pagar el billete. Este hecho, junto con unas tarifas excesivamente baratas para la época, contribuyó al declive del ferrocarril Vasco-Navarro, que a principios de los cincuenta inició una cuesta abajo irremediable. "Tardó casi más en construirse que lo que luego estuvo en funcionamiento", recuerda Suso entre risas. Quizás el gran número de parejas que surgieron gracias a esta conexión entre ambos territorios habían decidido relacionarse a través de otros medios de transporte, como el autobús, que por aquel entonces comenzaban su andadura por las carreteras del territorio.

"Siempre se ha comentado que hubo una mano negra de las compañías de autobuses para que se cerrara la línea, pero el fin del ferrocarril es más simple que eso", afirma Suso. "El Banco Mundial sacó una normativa para fomentar las comunicaciones en los Estados en vía de desarrollo, en la que obligaba a elegir entre las carreteras o el ferrocarril. El Estado español eligió las carreteras, por lo que le obligaron a cerrar todas las líneas de ferrocarril deficitarias", sentencia el que fuera hijo de Ángel Suso, encargado de las cuentas del ferrocarril.

Ante esta tesitura, el 31 de diciembre de 1967 deja de funcionar el Vasco Navarro, dejando a casi 400 trabajadores en la calle. El proyecto personal de Joaquín Herrán para dotar a su ciudad de una línea de ferrocarril, y que Alejandro Mendizábal había ejecutado tras años de esfuerzo, tocaba a su fin. Hoy se cumplen ochenta años desde la inauguración de la emblemática línea Vitoria-Estella, pero ya pocos pueden presumir de haber formado parte de este pequeño trozo de la historia del ferrocarril alavés.

martes, 25 de septiembre de 2007

Acoso a fotógrafos aficionados

En relación a lo sucedido el día 31 de julio en la estación de ferrocarril de Puerta de Atocha, en que un cámara de televisión en el ejercicio de su trabajo fue agredido por vigilantes de seguridad, le comento la situación que vivimos a diario quienes tenemos como afición la realización de fotografías de contenido ferroviario: Desde hace años se nos persigue y acosa cada vez que tenemos la osadía de "desenfundar" nuestras peligrosas cámaras fotográficas con el objetivo de obtener alguna instantánea de un tren, locomotora, vagón o cualquier otra cosa relacionada con el ferrocarril. Incluso con la exigencia de entregar los aparatos a estos trabajadores de la seguridad privada, sin más razonamiento, por su parte, que el consabido "porque me da la gana", por supuesto siempre acompañado de malos modos y amenazas de retención, agresión y denuncias.

Siempre que se ha requerido la presencia de las Fuerzas de Seguridad del Estado se nos ha dado la razón, puesto que en ningún caso se nos puede prohibir la realización de una actividad cultural y creativa en un lugar público, actividad por otra parte protegida por la mismísima Constitución Española en su artículo 20.

Desde hace más de 40 años la afición a la fotografía ferroviaria es una actividad que se ha ido desarrollando e incrementando en nuestro país, afición gracias a la cual hoy en día todos los ciudadanos pueden disfrutar en las hemerotecas y multitud de medios de difusión de las imágenes obtenidas por los aficionados, lo que constituye un enorme fondo documental de una parte de la historia y el desarrollo de nuestra sociedad.

A pesar de ello, la persecución es continua y el silencio de las entidades públicas, Renfe Operadora y ADIF, constante, a pesar de nuestras reclamaciones con vistas a aclarar de una vez por todas la situación.

Por parte de estas entidades se emite una "autorización de fotografía y vídeo" que consideramos es, como mínimo, alegal, y que en muchas ocasiones es ignorada y despreciada por sus propios trabajadores. Nos consta que ni siquiera existe una circular que les informe de que exista ni la prohibición ni la autorización. Consideramos que la toma de éste tipo de imágenes no perjudica absolutamente a nadie ni a nada, y que contribuimos a incrementar la memoria histórica de nuestro país con nuestra actividad.

En todos los países de nuestro entorno, como muchos de nosotros hemos podido comprobar, la fotografía ferroviaria es una actividad vista con total normalidad y jamás se nos ponen obstáculos, más bien todo lo contrario. Los mismos trabajadores se han extrañado e incluso se han llegado a reír cuando les hemos pedido permiso para fotografiar.

Esperemos que en nuestro país la razón acabe imponiéndose y nos dejen desarrollar nuestra afición en paz y armonía. Por el bien de las generaciones venideras, que podrán ver en un futuro cómo era el ferrocarril de sus mayores.

Por: MIGUEL ANGEL RODRÍGUEZ TORRES

lunes, 24 de septiembre de 2007

El ferrocarril: pasado, presente e impacto en Extremadura

Pasado y presente en ExtremaduraEl ferrocarril se ha convertido en uno de los medios de transporte que, históricamente, más ha calado en la sociedad en general.

En sus comienzos fue nuevo, competitivo y revolucionario. Cambió profundamente la estructura de la economía y de los transportes tradicionales cuando se libró de la tracción animal.

Reduce distancias y costes, aumenta el volumen de mercancías que se pueden transportar, conexiona el tejido industrial que crece con él y además es capaz de generar otros tipos de relaciones industriales. Todo esto lo hace siendo el medio más respetuoso con el medio ambiente. Fue el gran logro socioeconómico del siglo XIX.

En Extremadura está sufriendo una gran transformación, que acabará devolviéndole el prestigio que siempre debió tener. Antes de hablar del presente, hay que echar un vistazo al pasado para comprender mejor cómo hemos llegado a la situación actual.

Introducción del ferrocarril

En 1830 se pone en marcha el tren Manchester-Liverpool, hecho considerado por los expertos como revolucionario y rompedor. Este novedoso medio de transporte, calificado por muchos en sus inicios como "invento infernal", logró extenderse por todo el mundo no sin ciertas dificultades. La implantación en España fue tardía. Las razones son la inestabilidad política, falta de capital propio consistente; la burguesía no aportó poder y siguió apoyando los medios tradicionales; y también una mala planificación por parte del Estado.

El primer ferrocarril en España fue en Cuba (cuando pertenecía a la Corona Española) En 1837 se pone en marcha un primer tramo. Su objetivo era proporcionar a los comerciantes de azúcar un medio más eficaz que las clásicas carretas o animales de carga.

En la España peninsular esperamos 11 años más para ello. Entre Barcelona y Mataró en 1848, y después Madrid-Aranjuez. En la actualidad existen más de 14.800 km.

Como datos comparativos de la repercusión, en 1850, cuando en España sölo hay 28 km de vía, en el Reino Unido sobrepasaban los 10.000 y en Estados Unidos cerca de los 15.000.

¿Cómo ha sido la evolución del ferrocarril en Extremadura?

En su momento se realizaron buenos estudios que unían los puntos principales de nuestra región con Portugal, Andalucía, Talavera de la Reina, etc; sin embargo, no llegaron a materializarse.

Con la llegada de Francisco Luján al Ministerio de Fomento y como su madre era de Villanueva de la Serena, encargó un estudio que se alejaba totalmente de los anteriores. Seguía lo que era el valle del Guadiana y tenía la finalidad de atender el mercurio de Almadén, y por supuesto llegar a Mérida para enlazar con Andalucía y Portugal. Tampoco llegó a realizarse este proyecto.

En 1861, el tren de Madrid-Aranjuez llegó a Ciudad Real, con lo que se retomó el estudio. En 1866 se inauguró la primera línea de ferrocarril extremeña, que unía Ciudad Real con Badajoz

Simultáneamente, Portugal no quería quedarse atrás en lo relativo al ferrocarril. Al igual que ocurrió en el caso español, realizaron diversos proyectos no finalizados. Uno de ellos unía Lisboa-Elvas-Badajoz.

En 1868 se logra alcanzar Vélmez, que era el centro neurálgico del carbón. Este tendido disgustó a cacereños, que se veían excluídos de la llegada del tren. Así, proyectaron otro tendido que, paralelo al Tajo, unía Malpartida con Madrid. En el momento de iniciar la obra, no se había decidido por dónde se haría el enlace con Portugal. Finalmente se optó por Valencia de Alcántara. Este no llegaba directamente a Cáceres capital, por lo que hubo que construir un ramal Arroyo-Cáceres.

Una vez que Extremadura tiene configuradas sus dos líneas más importantes, se centró en el sur, hacia los puertos, especialmente Huelva. En 1885 se pone en servicio una línea que une Mérida con el puerto de Sevilla.

Involuciones históricas

El ferrocarril español, se puede decir que nunca fue un negocio redondo. El final de la I Guerra Mundial supuso un impedimento de máxima importancia económica y social a la expansión del tren. Socialmente, suponía un golpe fuerte a una estructura económica tradicional, basada en la agricultura y ganadería.

La dictadura de Primo de Rivera se empeñaba más en conseguir trabajo que en relanzar el proyecto constructivo ferroviario. Aún así, durante el periodo, se acometen los tramos Talavera de la Reina-Villanueva y Zafra-Jerez de los Caballeros.

Ante la situación que iba tomando el tren, el Estado crea en 1926 la primera sociedad para la explotación estatal del ferrocarril. Posteriormente, dos años después hace lo mismo con los ferrocarriles de vía ancha. RENFE se crea en 1941

La Guerra Civil dañó considerablemente la infraestructura y diezmó la flota. Nuestro país se vio bloqueado y aislado comercialmente.

En 1984, el Estado encarga una auditoría para conocer la situación de RENFE. El informe muestra que la entidad está al borde de la quiebra. Ante esto, el ejecutivo tomó una serie de medidas como intentar suprimir varios miles de kilómetros de vías. El Consejo de Ministros del 30 de septiembre de 1984 abre una puerta para que aquellas Comunidades que consideren ciertas líneas necesarias desde el punto de vista social o económico establezcan un acuerdo de conservación con RENFE.

De ese modo, Extremadura y Andalucía establecen un convenio y logran salvar la Ruta de la Plata. Castilla León no se acogió a convenio alguno. Así se rompió la conexión norte-sur de España.

RENFE y el Estado establecen unos contratos-programa para funcionar. Esto exime a RENFE, a finales del siglo XX de la obligación de mantener líneas o trazados altamente deficitarios. Se anuncia que se cerrarán varias líneas.

En 2004, Extremadura, RENFE y el Estado firmaron unos convenios. Se pactan mejoras en infraestructuras y seguridad de los trazados y máquinas y se eliminan los pasos a nivel. Ese convenio, que se sigue ejecutando, obliga a modernizar en general el servicio ferroviario. Se quitan de la circulación los viejos trenes, se modifican los horarios y se reduce notablemente los retrasos, pérdidas, etc.

Actualmente, los trazados extremeños impiden mantener una velocidad crucero alta, por motivos como existencia aún de pasos a nivel o motivos infraestructurales. Algunos tramos serán modificados o suprimidos con las obras del AVE

Ferrocarril e industrialización

Asimilado el potencial y las ventajas de este medio de transporte, los intereses comerciales y económicos han marcado una pauta fundamental en cuanto a creación de líneas, modificaciones de trazados, y mantenimiento de trayectos "supuestamente deficitarios".

Es el caso por ejemplo del papel que el Grupo Gallardo ha jugado en una línea Jerez de los Caballeros. Sentenciada a desaparecer, este grupo empresarial la mantuvo y la adaptó al transporte de mercancías.

En dos años y medio, con la entrada en vigor del AVE en nuestra región, los extremeños pasaremos de un tren del siglo XIX a uno del siglo XXI. Esta infraestructura ferroviaria, junto a una promesa autonómica de mejorar la red de carreteras, están avalando la industrialización de Extremadura. El tren se considera actualmente como un elemento imprescindible en la evolución económica, social, medio ambiental de cualquier país.

El AVE no sólo permitirá viajar de Extremadura a Francia en pocas horas, o establecer un servicio regular y veloz entre Madrid-Lisboa. El AVE, y su trazado de mercancías paralelo, se convertirá en el elemento diferenciador en cuanto al transporte industrial y de mercancías, a la creación y mejora del tejido industrial, a afianzar óptimas relaciones mercantiles y a hacer valer en estratégico enclave que tiene nuestra región.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Un gran parque temático de 30.000 metros que honre al ferrocarril

La máxima de conservación del patrimonio ferroviario se conjuga en la tercera alternativa con la puesta a disposición de la ciudad de una nueva zona de equipamientos de ocio. El Museo del Ferrocarril se enmarcaría en un gran parque temático, de cerca de 30.000 metros cuadrados, en el que la superficie de edificación ocuparía alrededor de 15.000 metros cuadrados; todo dentro de una parcela que dista cerca de 300 metros de la estación de Clasificación, en la que se plantea la opción B.

Pese a no utilizarla como base sobre la que apoyar el centro, la propuesta suma la estación de Clasificación a su diseño como elemento vinculado, que podría servir de puerta de entrada al parque y cumplir funciones sede social de Alaf de manera provisional mientras se hace el museo, biblioteca, local para asociación de vecinos, guardería, o pequeño equipamiento cultural o administrativo.

No sería este el único edificio que se conservaría dentro del recinto, en el que además se podrían dibujar pasillos de vías en los que ubicar máquinas o vagones y se daría espacio para colocar distintas piezas y elementos ferroviarios que Alaf tiene. Todos estas posibilidades harían que la infraestructura mantuviera una comunicación del entorno con el museo, que trascendería el ámbito restringido de otras localizaciones para abrirse a la ciudad y dotaría a las pedanías de Armunia y Trobajo del Cerecedo de unos equipamientos de ocio de los que adolecen.

Al margen de estas consideraciones, en el ámbito estructural la amplitud del terreno haría compatibles en esta opción el desarrollo de las vías, para que las máquinas del museo puedan salir y efectuarse los acceso al centro de restauración, y el planeamiento de las carreteras de comunicación del sector.

La infraestructura propia del museo cubría las necesidades básicas —que también guardan las otras dos alternativas— fijadas en el estudio desarrollado por el equipo técnico de León Alta Velocidad, que propone un diseño en tres espacios. En el primero se contempla el espacio exterior, en el que irían la zona de aparcamientos y la playa de vías de acceso. Ya dentro, estaría la playa de vías de exposición y las zonas de restauración y mantenimiento, así como una escuela taller. Y como complemento, se dibujan salas de exposición de material vario, área interactiva, sala de exposición de modelismo, almacén, área administrativa, dependencias para la Asociación Leonesa de Amigos del Ferrocarril, área de formación, cafetería y tienda, accesos, control y seguridad, aseos y dependencias propias, y zonas comunes.

Ahora, la decisión entre las tres opciones queda en manos de las administraciones que forman parte del consejo de administración de León Alta Velocidad.

Viejas fotografías, viejas historias

El buen amigo José Manuel Blánquez Martín que lleva largos años, no menos de cincuenta, perpetuando con su afición y sus fotografías los barcos más representativos que entran en nuestro puerto, me regaló una reencontrada en mi archivo. Un recuerdo de lo que fue y ya no es, sólo historia. Causa de estas breves líneas.
La fotografía tiene dos protagonistas. Un barco y un cargadero. Empecemos por el primero, identificado como el «Lino» y, para una breve biografía tenemos que acudir al llorado amigo Rafael González Echegaray y de su mano rememoramos: El «Linnet» de armador británico y tripulación de la misma nacionalidad navegaba, en el primer año del Siglo XX, con destino a puertos de África del Sur. Cuando apenas había iniciado su travesía surgió uno de los peores enemigos que puede padecer un barco, el fuego. Como siempre por sorpresa y se localizó en las bodegas I y II. La situación se estimó irreversible y la tripulación lo abandonó.

El 13 de Marzo de 1901, cuando el «Cabo San Sebastián» navegaba en demanda de nuestro puerto, avistó el pecio ardiendo a 16 millas de Ribadesella a la altura de Lastres. S e pudo abordar el «Linnet» y establecer el remolque y con la ayuda de tres lanchas pesqueras recalaron en nuestra bahía. Los santanderinos vieron con recelo la entrada de un buque ardiendo -estaba cerca, en la memoria, la catástrofe del «Cabo Machichaco»-.

El incendio se apagó y, una vez tramitado en la Comandancia de Marina el correspondiente expediente, D. Leonardo Corcho compró el buque y su cargamento. Lo reparó y cambió su nombre por el de «Lino», en recuerdo a su hermano que había fallecido recientemente.

El «Lino», para su tiempo, fue un barco con entidad. Sus medidas fueron: 260 pies de eslora, 36,7 de manga y 17,6 de puntal con 2.500 toneladas de peso muerto y 1.815 de arqueo bruto. Fue botado en 1890 y un barco con once años, permítaseme la licencia, está en plena juventud.

Rafael terminaba la primera parte de su relato señalando que el buque navegó con bandera uruguaya y agregó: «y esa fue la bandera que amparó al «Lino» convertido en un original indiano, mestizo de pejino y americano».

La fotografía, que podemos situar hacia el año 1902, nos le muestra atracado al muelle-cargadero de la mina de «Complemento» en San Salvador, en lastre, mostrando el costado de estribor y nos permite conocer características propias de su tiempo. El puente completamente abierto. La cámara a popa. Cubierta corrida con su pozo, en la escotilla I. Su arboladura y la chimenea en caída. La existencia de una vela, aferrada, entre el palo y el castillo de proa.

La fotografía evidencia cómo su armador, al igual que las demás Navieras de nuestra matrícula, encontró en el transporte del mineral el flete fundamental que amparaba al «Lino».

Los muelles de San Salvador fueron los más interiores, al sur, de nuestra bahía. Fueron dos. El del Ferrocarril de Santander a Bilbao y el Complemento. Su ubicación en la ribera derecha, subiendo, de la ria de San Salvador nada más rebasar la confluencia con la ria de Solía. En el Plano General de la bahía del 31 de Diciembre de 1914, editado por la Junta de Obras del Puerto se siguió reflejando su situación y permanencia. La fotografía refleja sus estructuras metálicas sobre gruesos pilotes hincados en la ría. Se puede apreciar la parte final del recorrido del tren minero al cargadero, en línea recta, sobre la carretera y el ferrocarril. El Ferrocarril dejó de usarlo y la mina de Complemento, tal vez por agotamiento, también. Carezco de una fecha exacta pero debió suceder en los años veinte del pasado siglo. Fueron demolidos. En la ribera de la ría de San Salvador no queda vestigio alguno.

La fotografía nos lleva a rememorar que en aquel tiempo convivían, en el ámbito de nuestra bahía dos Corporaciones de Prácticos. La de Santander y la de las rías de El Astillero y San Salvador. Su trabajo se realizaba de la siguiente manera. En los barcos de entrada, el de Santander llegaba hasta la Isla de Pedrosa, donde se hacía cargo el de la Ría. En los barcos de salida, el de la Ría llegaba hasta la Baliza de la Comba, donde embarcaba el de la Bahía.

La Corporación de Prácticos de las Rías se extinguió y desde entonces la Corporación de Santander asumió la competencia sobre todo el ámbito de la bahía. Tenemos un gran Museo Marítimo, que debe ser el destinatario de estas fotografías que recuerdan a nuestros viejos barcos y a sus anónimas tripulaciones.

Hemos «resucitado» un rincón de nuestro puerto. Así fue y así lo conocieron sus coetáneos a los que dedicamos este breve recuerdo. «Tenemos un gran Museo Marítimo, que debe ser el destinatario de estas fotografías que recuerdan a nuestros barcos y sus anónimas tripulaciones»

sábado, 28 de julio de 2007

Todo el pasado en una postal

Exposición de postales antiguasEl Museo del Ferrocarril acoge una interesante exposición que reúne 350 postales donde el paisaje es el protagonista. En este caso, el paisaje son las estaciones y apeaderos de los cinco continentes durante el primer tercio del siglo XX. La estación es una puerta de la ciudad abierta al viajero en la que se han sucedido momentos estelares en la vida de cada hombre y mujer. La exposición recoge el contexto geográfico y estilístico de cada estación, convirtiéndola en un gran monumento de la arquitectura y la ingeniera, fiel reflejo de una época, una estética y una sociedad.

Hay en las estaciones de ferrocarril, cavernosas y catedralicias, un pasado que se sostiene en las paredes, las vigas, los trenes y los raíles. Se desprende de ellos un fulgor de eternidad. Del pasado dichoso sólo se puede conservar el recuerdo, impregnado de tiempo sobre unas postales sepias que conservan esa cualidad indefinible de lo extraordinario. Ayer tuvo lugar la inauguración de la exposición temporal «La estación de ferrocarril en la tarjeta postal» en el Museo del Ferrocarril. A través de una selección de tarjetas postales se produce un repaso a las estaciones ferroviarias en el mundo durante el primer tercio del siglo XX. Más de 350 postales han sido seleccionadas para esta exposición, procedentes, en su mayor parte, de una colección particular, y, en un pequeño porcentaje, del fondo de postales del Museo del Ferrocarril, indicó Javier Fernández López, director del museo.

Como señaló Maximino Suárez Calleja, comisario de esta muestra, la exposición se divide en dos grandes unidades. En la primera, «Estaciones del mundo», se realiza un recorrido geográfico por diversos países mostrando diferentes tipologías arquitectónicas de unos edificios que se convertirán en elemento representativo de una sociedad y una época. La segunda, «La estación desde dentro», quiere reflejar la vida interna de estos monumentos industriales a través de tres secciones: «Vías, andenes y marquesinas», «Depósitos y otros elementos» y «Edificios de viajeros». Todas las postales reflejan la ordenación desvanecida de un viaje que siempre ha sucedido en el pasado, un tiempo donde la estación era la puerta de la ciudad a la esperanza. Lo primero que veía el pasajero era una catedral de acero que reunía todos los humos, todas las historias, todas las vidas de aquellos que huían y de aquellos que regresaban a la gran ciudad.

Justo Vilabrille, concejal de Educación y Cultura, destacó durante la inauguración la importancia estética de las estaciones de tren, el alarde de arquitectura, ingeniería de muchas de las puertas que se abrían a cada ciudad. En ese sentido, Vilabrille anunció que durante los cuatro años de la próxima Corporación mejoraría el entorno del museo del tren, «una zona hasta ahora especialmente degradada».

No hay película mala si en ella hay una estación, un vagón, un tren. Las mejores historias, desde «Casablanca» hasta «El hombre tranquilo», pasando por «El tren» o «El maquinista de la general», hacían del trajín de maletas toda una simbología de lo que podía ser la vida.

Los fervorosos europeístas de antaño consiguieron que la estación de ferrocarril fuera algo más que un apeadero, un lugar donde los hombres y las mujeres se aman, lloran y sueñan.

La Plataforma Ciudadana por el Ferrocarril insta a utilizar el expendedor de billetes de la estación de Aranda

Tren por Aranda del DueroLa Plataforma Ciudadana por el Ferrocarril insta a los ciudadanos a utilizar el servicio de venta anticipada de billetes de tren que desde el 15 de junio se ha vuelto a implantar en la Estación El Montecillo de Aranda de Duero.

La Plataforma pide a todos los ciudadanos que tengan previsto viajar en tren que utilicen el nuevo servicio de venta de billetes de la Estación El Montecillo en Aranda, mucho más moderno, rápido y eficaz, que el que existía antaño y que por fin ha sido sustituido.

También será una forma de ayudar a reivindicar que no se prive del tren a la comarca y al final, conseguir las mejoras en el resto de servicios, horarios y circulaciones que se están reclamando para la línea Madrid-Aranda-Burgos.

Sin embargo, la Plataforma está observando que dicho servicio de venta de billetes, solo está siendo considerado por la gran mayoría de ciudadanos para viajar desde Aranda
hasta los destinos del único servicio entre Madrid y Bilbao.

La realidad es que ahora mismo se pueden comprar billetes para todos los servicios que ofrece Renfe, tanto en territorio nacional como destinos a internacionales. Los billetes se expenden de acuerdo a las tarifas estipuladas por Renfe, con descuentos, pagos en efectivo o con tarjeta de crédito, venta anticipada, todo sin ningún tipo de comisión ni recargo en los billetes.

Los billetes electrónicos se emiten de lunes a viernes en horario entre las 9:00 a 13:45 y de 17:00 a 18:45 horas.

El transporte de ‘bicis’ por tren es un derecho del ciudadano

Bicicletas en el tren
La Agrupación Parlamentaria de IU en las Cortes de Aragón ha presentado una proposición no de ley en la Cámara aragonesa con el objeto de exigir que el transporte de bicicletas por tren sea un derecho del ciudadano. La iniciativa, que será tramitada ante la comisión de Obras Públicas, Urbanismo y Transporte, surge ante la negativa de Renfe a facilitar el transporte de bicicletas en el tren, informó ayer IU en un comunicado.

El diputado y portavoz de IU, Adolfo Barrena, ha denunciado que “a pesar de haber suscrito compromisos de Responsabilidad Social” para contribuir de forma activa a configurar una sociedad sostenible, Renfe “parece obstinada en una política diametralmente opuesta, ya sea por acción o por omisión”. Por ello, con su propuesta, IU exige que las Cortes se dirijan al Gobierno central para que éste considere el transporte de bicicletas como un derecho del viajero, dentro de unas condiciones que hagan compatible dicho derecho con la comodidad de los restantes viajeros y dentro de las disponibilidades de espacio de los trenes.

La citada iniciativa propone que el Gobierno, de mutuo acuerdo con el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), dote a las 1.704 estaciones repartidas por todo el territorio nacional de aparcamientos de bicicletas, de un diseño y ubicación adecuados, en sus instalaciones.


Fuente: Alto Aragón

EL TREN DE LOS FRIOLEROS Y LAS EMBARAZADAS

El PlazaolaAl principio fue un tren minero, un trenecito que desde 1904 sacaba por el valle de Leitzaran el hierro de los yacimientos de Plazaola. Diez años más tarde llegaron los vagones de pasajeros, la línea se amplió hasta conectar Pamplona con San Sebastián y el tren del Plazaola se convirtió en una arteria vital para la zona de Lekunberri y Leitza. No duró mucho: la competencia de las carreteras modernas y las riadas de 1953 acabaron con el ferrocarril. Pero ahora el Plazaola renace como vía verde para caminantes y ciclistas, como pasillo de historia y naturaleza en el que resuenan ecos de otras épocas.

Hubo una época en la que el tren era acontecimiento. Los domingos la banda de música esperaba en el andén de Lekunberri y en cuanto aparecía el Plazaola sonaban tambores y trompetas para recibir a unos pasajeros, despedir a otros y entretener la tarde a las parejas que paseaban hasta la estación para contemplar la llegada estruendosa del ferrocarril.

También fue tren de hambre y estraperlo. Jesús Mari Sáez, de 73 años y de familia numerosísima, recuerda los viajes de su niñez en el Plazaola de la posguerra, con su madre, desde Donostia hasta Uitzi, donde unos familiares les proporcionaban las verduras, los huevos, las patatas y la carne que no se podían encontrar en la ciudad. Sáez revive uno de los sucesos deslumbrantes de su infancia: «Estábamos en Uitzi cuando un tren descarriló dentro del túnel. Todo el pueblo salió corriendo a recoger la mercancía desperdigada y alguien descubrió un montón de sacos con regalices. Los niños comimos regaliz todo el año».

Abrigo de estraperlo

Era la época en la que se hizo famoso el abrigo de estraperlista: un tres cuartos de lana cheviot, con cuello de piel de oveja y seis bolsillos interiores de costura reforzada. El navarro Patxi Mikeo explicó en televisión esa moda tan curiosa: «Incluso en verano muchos pasajeros vestían gabardinas enormes, con forros para camuflar las habas, las alubias, los garbanzos. Parecía que las mujeres que viajaban en el tren estaban todas embarazadas». Cuando la Guardia Civil se acercaba a los andenes, los jefes de estación y los maquinistas alertaban a los pasajeros para que escondieran las mercancías o las tiraran, y cuentan que una mujer apurada arrojó, con los demás paquetes, un niño envuelto en una manta que por fortuna resultó ileso.

A menudo fue un tren de angustias, porque llevó hasta los puertos cantábricos a los emigrantes navarros que se despedían de su tierra y de sus familias para hacer las Américas, pero también un tren lúdico, en el que viajaban los entusiastas del Ski Club Tolosano para organizar los primeros saltos de esquí y competiciones de bobsleigh en las laderas nevadas de la comarca. El Plazaola fue la arteria por la que se movió la economía de los valles interiores, por donde se desplazaban los pastores y los carboneros, por donde viajaban los vagones cargados mineral y también con ganado para las ferias. Y fue el pasillo que rompió el aislamiento de algunos pueblos, aunque algunos consideraron que esto traía influencias perniciosas: «En Leitza no se oían blasfemias hasta que llegó el maldito Plazaola», se quejó un fraile en el sermón dominical. Esa memoria del Plazaola se guarda ahora en la antigua estación de Lekunberri. Es un buen punto de partida para empaparse de la historia y luego empezar una excursión por la huella del tren.

2.700 metros de túnel

El tramo más atractivo y mejor cuidado es el que se dirige desde Lekunberri hasta el paraje de Plazaola, unos 18,5 kilómetros que pueden caminarse o pedalearse con toda paz. La vía verde se interna por un escenario de naturaleza esplendorosa, una región de lluvias abundantes, tapizada por bosques atlánticos (sobre todo hayas, también robles, castaños, fresnos, abedules y extensos pinares repoblados) y praderas relucientes en las que pastan ovejas latxas y vacas betizus.

El primer tramo, cinco kilómetros entre la estación de Lekunberri y la de Uitzi, ofrece desvíos tentadores nada más empezar. Unos escalones de madera trepan hasta el parque de la Peña, donde se abre una espléndida vista aérea sobre el casco de Lekunberri con el telón de fondo de Aralar y el cresterío de las Malloas, una postal viva surcada a menudo por buitres, aguiluchos y halcones. De vuelta al valle, el camino cruza tres pequeños túneles hasta la antigua estación de Uitzi.

Y enseguida aparece una de las obras más impresionantes de toda la ruta: el túnel de Uitzi. Esta galería se abrió para atravesar las montañas que marcan una frontera geográfica: la divisoria de aguas entre el Cantábrico y el Mediterráneo. Con sus 2,7 kilómetros de longitud, durante muchos años fue el túnel más largo de España. Y los maliciosos decían que también era el favorito para empezar un viaje de bodas: el tren circulaba por este tramo a unos 10 kilómetros de hora, lo que supone un buen cuarto de hora de oscuridad absoluta. La lentitud del Plazaola era proverbial. Algunos pasajeros se apeaban en marcha cerca de Irurtzun, tomaban uvas de un viñedo cercano y volvían a subirse al tren. Otros querían bajarse en lugares donde no había estación y daban una propina al maquinista para que redujera la velocidad y les permitiera saltar.

Hoy en día el túnel de Uitzi no está acondicionado -aunque existe el proyecto- y los responsables de la vía verde aconsejan evitarlo. El itinerario alternativo, de cuatro kilómetros, escala el puerto de Uitzi (unos 200 metros de desnivel) y luego baja al reencuentro con la huella del ferrocarril.

Quienes se animen a cruzar el túnel -absténganse aprensivos y claustrofóbicos- deben llevar una linterna potente, buenas botas y chubasquero. No está bien impermeabilizado y a veces ocurre un fenómeno peculiar: la lluvia subterránea. Puede que en el exterior luzca un día soleado y radiante, pero si en las jornadas previas ha llovido mucho, el monte estará empapado y las aguas se filtrarán por el techo y las paredes del túnel. El caminante y el ciclista se encontrarán primero unas goteras, luego un auténtico chaparrón bajo tierra. Y esas aguas se deslizan por las dos vertientes ligeramente inclinadas de la galería: en las épocas lluviosas, por cada boca del túnel mana un arroyo. Las aguas que salen por la boca norte acabarán en el Cantábrico. Las que salen por la boca sur, en el Mediterráneo

Desde la boca norte, la vía se reanuda con otros cinco kilómetros y siete túneles hasta alcanzar Leitza; y desde este pueblo sigue con otros cuatro kilómetros que cruzan un viaducto, otro par de túneles y un tramo de asfalto que rodea el túnel derrumbado de Olaso. En su boca norte encontraremos los restos de la estación de Plazaola: los edificios, los andenes y dos puentes sobre la regata de Frankio. Muy cerca, nada más entrar en territorio guipuzcoano, quedan las ruinas de la ferrería y un poco más allá las minas de Bizkotx. Aquí, donde acabamos el paseo, empezó todo: el abundante mineral de hierro de estos parajes fue el motivo para construir el tren del Plazaola. Quien se anime, puede proseguir la ruta en los veinte kilómetros hasta Andoain.


miércoles, 11 de julio de 2007

Nuestra primera estación

En la primavera de 1852, el primer ferrocarril valenciano unió Valencia y el Grao. La estación se construyó donde hoy se alza el edificio de la Telefónica; aquella de las temidas conferencias.

Ni rastro, ni una lápida con acertada alegoría recuerda que la primera estación de la ciudad se construyó en los antiguos huertos de los conventos de San Pablo y de San Francisco, templos utilizados después de la desamortización en diversos destinos. La estación de Valencia, que culminaba con el sueño de próceres y exportadores, estuvo situada donde hoy se halla el edificio de la Telefónica en la plaza del Ayuntamiento y la esquina con la calle de Ribera. El revolucionario medio de transporte suponía una gran financiación, que exigía capital extranjero y tras él la maraña de operaciones bancarias, pero don José Campo y Pérez no se arredró. Y si la concesión del ferrocarril Almansa-Valencia-Tarragona había otorgada al inglés Wole en 1845, nuestro político y hombre de negocios, consiguió la transferencia en 1850 y, sin pérdida de tiempo, inició la construcción, de tal modo que el 21 de marzo de 1852 se inauguraba el tramo de Valencia a Vilanova del Grao.

El ferrocarril, adornado con guirnaldas de flores fue bendecido por el arzobispo don Pablo García Abella, tocaron todas las campanas y se contó con la presencia de la infanta doña María Luisa Fernanda –hermana de Isabel II– y su esposo don Antonio Felipe Luis de Orleans, duque de Montpensier, regios personajes para los que se prepararon asientos tapizados de terciopelo rojo carmesí.

En aquella época, los eventos sociales estaban muy lejos de convocar a deportistas y famosos televisivos; se resaltaban con poetas ¡qué cosas!.. Desde los vagones se echaron aleluyas de colores con versos.

Arquitectura industrial
La deseada estación respondió al proyecto y construcción de tres ingenieros: James Beatty, Domingo Cardenal y J. Shepherd, para quienes el edificio tenía que ser fiel al concepto de arquitectura industrial, es decir “desterrar todo lujo, porque el gasto que produce es improductivo”. No obstante, fue una estación admirada, de estilo neoclásico y proporciones clasicistas que acusaba la influencia de las estaciones inglesas. Constaba de dos pabellones de una sola planta, paralelos y colocados a ambos lados de la vía, de forma que el de los viajeros tenía la fachada a la calle del Sagrario de San Francisco y estaba formada por un paramento con diez vanos, con arcos de medio punto separados por pilastras dóricas.

Más como siempre, las previsiones para el futuro de la estación quedaron cortas. Se sucedieron las ampliaciones y las reformas, pero los problemas se multiplicaban y el Ayuntamiento decidió que se trasladara la estación con el deseo de lograr una plaza céntrica en los antiguos solares conventuales y urbanizar las zonas próximas. Expedientes. Proyectos. Más expedientes. Más proyectos.

Terminaba un capítulo del devenir ciudadano en etapa de expansión pujante. Y, a la vez que se inauguraban los servicios de la nueva y espléndida estación del Norte, de Demetrio Ribes, en 1917, comenzaba el derribo de la antigua estación.

La Telefónica
Como señalamos anteriormente, la Telefónica se alzó en el solar del recinto ferroviario en 1926. El edificio racionalista fue proyecto de Santiago Esteban de la Mora e Ignacio de Cárdenes, quienes huyeron de la arquitectura que dominaba en el entorno con énfasis en los remates, templetes y cúpulas. Fue durante largos años, hasta finales de la década de 1950, el lugar de las esperadas conferencias que, como sucedía con los telegramas, siempre se suponían presagio de malas noticias. La sede de la Telefónica, con algunos bancos de madera, mostraba también la sección humana, un tanto esclava y mágica, de aquellas jóvenes uniformadas de negro, que manejaban hilos conductores en los orificios de unos paneles asignados.

Y el ciudadano esperaba y desesperaba hasta que una voz anónima pronunciaba el número de su turno y la localidad con la que deseaba hablar... ¿de enfermedades?... ¿de promesas de amor?

Hoy en aquel salón de espera domina el despliegue publicitario de Movistar con el eslogan ‘Conéctate en cualquier lugar’. Y la gente obedece, porque por la calle pasan jóvenes y mayores con un telefonillo pegado a la oreja y no se fijan en los quioscos de flores de la acera de enfrente. Hermosos ramos, centros y plantas recién regadas que huelen a tierra, protegidas por la sombra del toldo de la parada. Perfume que ‘conecta a la vida’... sin ningún teléfono móvil.

lunes, 2 de julio de 2007

Puebla y Orense conmemoran los 50 años del primer tren que comunicó ambas localidades

Puebla de SanabriaCon un hermanamiento entre las asociaciones de Orense, Asofer, la asociación de Carrileros de Foula y la asociación Ferroviaria de Zamora se celebraron ayer los actos conmemorativos del 50 aniversario de la inauguración del ferrocarril entre Puebla de Sanabria y Orense. El sábado se abrió la exposición sobre temática Ferroviaria en el salón de actos del Castillo de Puebla y ayer tuvo lugar el acto de hermanamiento presidido por la Corporación municipal de Puebla.

Los asistentes a estos actos de los 50 años de vida de este ferrocarril presenciaron la reposición del documental elaborado por Televisión Española de Galicia 'Carrilanos, los túneles de un tiempo', del periodista Rafael Cid. La clausura de los actos en la sede de la exposición fue por la tarde. Estas dos jornadas conmemorativas han sido organizadas por las asociaciones orensanas y de Zamora además del Ayuntamiento de Puebla.

En los actos estuvo presente Salvador Díaz, interventor del primer tren oficial entre Orense y Zamora que salió del municipio gallego el 2 de julio de 1957. Díaz explicó que la gente de los pueblos salía entusiasmada a recibir a los pasajeros y trabajadores del tren, a quienes ofrecía pastas. También asistieron dos personas que trabajaron en la construcción del ferrocarril, quienes contaron los peligros y dificultades que tuvieron durante las obras, también por el polvo y la silicosis.

martes, 26 de junio de 2007

El tren de alta velocidad desbanca al avión en los viajes de trabajo

Las líneas de tren de alta velocidad que ya funcionan en España "están desbancando claramente al avión en estos trayectos" en viajes de trabajo, señaló el consejero delegado para España de Diners Club Internacional, Eduardo Rodríguez-Losada.

El directivo presentó la quinta 'Radiografía del Viajero Diners Club', que refleja como los AVE Madrid-Sevilla y Zaragoza-Tarragona han reducido el número de pasajeros en viaje de empresa que opta por el avión como medio de transporte. El billete medio más utilizado por las empresas clientes de Diners fue el del AVE Madrid-Sevilla en clase preferente.

El informe apunta que el número de operaciones en tren se elevó un 13% de 2004 a 2006 y el volumen de facturación de las empresas en billetes de tren un 16,61% en el mismo periodo. "Y entendemos que el gran vuelco se producirá cuando la línea de alta velocidad llegue a Barcelona", subrayó Rodríguez-Losada. No obstante, el precio medio del billete --102 euros-- se mantuvo casi plano, con una subida de 3 euros, lo que teniendo en cuenta la inflación supuso una reducción de coste.

Además, el estudio apunta al elevado peso que Sevilla supuso en el total de empresas españolas que utilizaron el tren, con un 10%, frente a un 1% para el avión. En el otro lado se situó Barcelona, con un 12% para el tren y un 21% para el avión, mientras que en Madrid se ubicaron el 69% de las empresas que emplearon el tren y un 55% de las que utilizaron el avión.

AVIÓN

No obstante, el avión sigue siendo el transporte 'estrella' en los desplazamientos por motivos de trabajo, señaló Rodríguez-Losada. Agregó asimismo que la competencia de las 'low cost' "se está haciendo notar", situándose el precio medio del billete en 341 en 2006, sólo un euro más que en 2005, lo que supuso una reducción si se tiene en cuenta la inflación.

El puente aéreo Madrid-Barcelona fue la ruta más utilizada por las empresas clientes de Diners Club, mientras que Madrid-Londres fue el trayecto internacional preferido, desbancando a París por primera vez. Los ejecutivos españoles optaron por realizar sus viajes de negocio preferentemente en territorio nacional, añade el informe.

AEROPUERTOS 'BUSINESS'

Otro aspecto que destaca el estudio es "la tendencia" a utilizar los aeropuertos especializados en viajes de empresa, como el de London City. Augura "un crecimiento importante de este tipo de aeropuertos en las principales ciudades de negocios".

"Este tipo de aeropuertos para viajeros de clase 'Business' están tomando un gran auge entre los ejecutivos, ya que evitan sensiblemente las cada vez mayores aglomeraciones de los principales aeropuertos, suponen un ahorro de tiempo y mejora en la calidad del viaje", sostuvo Rodríguez-Losada.

AHORRO POR IVA EN EL EXTRANJERO

Por último, el informe recuerda que las empresas españolas podrían obtener importantes ahorros si recuperan el IVA en los viajes realizados al extranjero.

De 6.000 millones de euros al año en facturación por hoteles, restaurantes, alquiler de vehículos y otros servicios por parte de los viajeros de empresa, se estima que una de cada cinco operaciones se realiza en el extranjero. Por tanto, considerando un IVA medio del 19%, el ahorro ascendería a 230 millones de euros.


Fuente: Madridpress

lunes, 25 de junio de 2007

FGV, 20 años sobre ruedas

La cara de los técnicos y de los responsables políticos de Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana (FGV) que vieron el material y la infraestructura que Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha (FEVE) les habían cedido debió ser todo un poema. Era el 1 de enero de 1987 cuando el primer convoy de la recién creada empresa autonómica comenzaba a rodar entre viejas traviesas y se iniciaba una nueva etapa en el transporte ferroviario de la Comunidad. Quizá por ello -o mejor dicho, precisamente por ello- hicieron de tripas corazón e iniciaron un arduo trabajo del que este año se cumple el XX aniversario.

La estructura heredada de FEVE eran 69 viejas unidades de tren, 116 kilómetros de vías con 71 paradas -42 estaciones y 29 apeaderos- y una plantilla de 882 trabajadores.
Visto desde la perspectiva actual y los augurios tecnológicos que se divisan a corto plazo, parece increíble que sólo dos décadas atrás se pudiera sostener un sistema de transporte como entonces se hacía, ya que hoy en día se antoja vital para la movilidad de las personas en una ciudad moderna como es Valencia. Pero era lo que había, y las quejas se guardaban en el zurrón a la espera de una serie de mejoras que se fueron produciendo a distintos ritmos, unas veces de manera rápida y sorprendente, y otras de forma lenta y desesperante.

Vías subterráneas

De los «paseos» -por la velocidad con que se desplazaba- del famoso «trenet» hasta la comodidad de las actuales unidades hay un punto de inflexión -obviamente además de la puesta en marcha de FGV en el citado 1 de enero de 1987- que hay que fijarlo en el 9 de octubre de 1988 cuando se comunicó por subterráneo la zona norte y sur de la ciudad.

En una fecha no elegida al azar, el Día de la Comunidad, 7,4 kilómetros soterrados y nuevas estaciones (Beniferri, Campanar, Turia, Ángel Guimerá, Plaza de España, Jesús, Patraix y Hospital) y la remodelación de las de Ademuz y Val_ncia Sud, daban forma al auténtico metro, que aquella época sólo poseían las dos grandes urbes, Madrid y Barcelona.

Con esta reestructuración, se podía viajar en dos líneas, desde Líria a Villanueva de Castellón y desde Bétera a Torrente, atravesando la ciudad, aunque no por el mismo corazón (Plaza España y Ángel Guimerá eran las paradas más cercanas). Además, un tramo residual entre la estación de Empalme y Pont de Fusta, junto a la línea que unía esta última estación con el Grao, se explotó provisionalmente hasta 1990, cuando se decidió implantar el tranvía en la ciudad, la T-4.
El 21 de mayo de 1994 se inauguró el tranvía con 9,8 km de longitud y 21 paradas, una auténtica revolución en el transporte, dado que este sistema había desaparecido de España en los años 60 y muchos ponían en duda su eficacia.

A partir de este momento, las mejoras en el metro no cesaron. El 5 mayo de 1995 se inauguró la línea 3 con la unión desde Palmaret hasta Alameda, estación situada en el viejo cauce del Turia diseñada bajo el puente de Calatrava por el famoso arquitecto valenciano. Fue el salto de calidad.
En ese año, el número de unidades disponibles eran ya 88 -con sustituciones de los convoyes más antiguos-, la red viaria se componía de 120,2 km (10,3 en subterráneo), existían 89 estaciones y 984 empleados trabajaban en FGV.

Los Reyes de España

El avance era ya imparable. El 16 de septiembre de 1998 Sus Majestades los Reyes de España inauguraron la llegada de dicha línea 3 a la estación de Colón, en el centro de la ciudad. Lo que hasta entonces había sido un servicio de cercanías con penetración en suburbano al paso por la ciudad se transformó en una auténtica red de metro singular, con enlace directo con las poblaciones del área de influencia de la capital. Todo se englobaba en la marca comercial Metrovalencia, que diferenciaba en FGV sus líneas de Alicante.

Se produjeron más extensiones, tanto en el metro -hasta Mislata y un ramal de acceso a Torrent, con una nueva estación- y en el tranvía -hacia Burjasot, Televisión Valenciana y Feria Valencia- hasta el nacimiento de la línea 5 el 29 de abril de 2005, embrión de lo que hoy es la unión puerto-aeropuerto. Además, el 3 de octubre del mismo año se pone en servicio la estación de Bailén, la que acogerá el importante desplazamiento de los usuarios del tren de alta velocidad. Los cimientos para una potente red de metro estaban fijados.

El último hito

Pero faltaba un hito, un sueño perseguido desde hacía años. La conexión puerto-aeropuerto. Mientras se seguía prolongando el tranvía hasta Mas del Rosari, Lloma Llarga y Terramelar, el 2 de abril de 2007 se abría al público la estación de Marítimo-Serrería, la que posibilitaría la intermodalidad metro-tranvía hasta el Paseo Marítimo quince días más tarde. Una jornada más en el calendario, el 18 de abril del presente año, el desplazamiento se pudo realizar hasta el aeropuerto. Objetivo cumplido.

Hoy en día hay 97 unidades -serán 116 a finales de año- con una red de 143,8 km -24,1 en subterráneo-, con 128 estaciones -97 en superficie y 31 en subterráneo- y una plantilla de 1.516 trabajadores. Y este no es el final. Para 2010 se pretende tener una estructura de metro-tranvía completa que sea la envidia del país. El tiempo dictará sentencia.

Fuente: ABC

miércoles, 20 de junio de 2007

Monforte se prepara para otro aniversario del tren

El año que viene se cumplen 125 años de la entrada del ferrocarril en Galicia a través de la estación monfortina.

El ferrocarril entró en Galicia en 1883, abriendo una nueva era en las comunicaciones e inaugurando una etapa de desarrollo económico para las localidades por las que pasaba la vía. La primera locomotora que llegaba a Galicia entraba aquel año en la estación de Monforte engalanada para la ocasión y entre el entusiasmo de la población. El año que viene se cumple el 125 aniversario de aquel acontecimiento, que marcó el nacimiento de Monforte como nudo ferroviario.

Los tiempos hoy son muy distintos, y el peso del tren en la economía local no es el que era entonces. Ni siquiera es el que era en 1983, cuando la ciudad celebró el centenario de la era ferroviaria. Pero ni el Ayuntamiento ni la asociación local de amigos del ferrocarril (Amafer) quieren dejar pasar la ocasión de celebrarlo como es debido aquel hecho histórico.

Portavoces municipales anunciaron ayer la creación de un grupo de trabajo con representantes de Amafer para preparar un programa de actividades a desarrollar el año que viene. Los responsables municipales quieren implicar en los actos a otras entidades públicas y asociaciones.

Es pronto para adelantar cómo será el 125 aniversario o si se parecerá a los actos del centenario, para los que la estación se vistió de época, igual que muchos de los vecinos que llenaron los andenes para recibir a una locomotora de vapor que rememoró la entrada en la estación del primer convoy allá por 1883.

martes, 19 de junio de 2007

El futuro tren turístico entre Santander y Alar recupera una vieja locomotora

Locomotora históricaEn su día trabajó en el Santander-Mediterráneo, y el Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril la encontró en Francia Los promotores esperan que el Gobierno de Cantabria retome las conversaciones para incorporarse al proyecto.

Dos años de gestiones le ha costado al Centro de Estudio Históricos del Ferrocarril Español (CEHFE), con sede en Ontaneda, conseguir repatriar una vieja locomotora de vapor. Se trata de una máquina de principios del siglo XX superviviente de los trabajos en la línea Santander-Mediterráneo y que, cuando pase por el taller, volverá a prestar servicio en una línea turística que se proyecta entre Alar del Rey y Santander y que se denominará 'Tierras de Cantabria'.

«Ese ferrocarril no sólo tendrá carácter turístico», señala Carlos Guasch, vicepresidente de CEHFE; «también será importante la faceta cultural e histórica que proyectamos. Y de paso, ayudará a dinamizar el interior de las comarcas que atravesará». Principalmente, del norte palentino y los valles del sur cántabros.

La Junta de Castilla y León no sólo se ha interesado por este proyecto. De momento, y entre otras cuestiones, va a financiar la rehabilitación de esta locomotora; la Diputación de Palencia, por su parte, ha costeado el complejo y costoso transporte desde Angers, al noroeste de Francia, hasta los talleres de Lérida, donde se encuentra desde hace un mes. En cuanto al Gobierno de Cantabria, los responsables de CEHFE esperan que retome las negociaciones a través de la Consejería de Cultura, con quien se establecieron los contactos, «y mantenga los compromisos ya expresados», señala Guasch, «pero desde septiembre pasado no hay avances». Los contactos se interrumpieron en los meses previos a las elecciones porque el proyecto, se dijo, no era para comprometerlo en el final de una legislatura sino en el arranque de una nueva.

La contribución de Cantabria a este proyecto serían una serie de infraestructuras -como la construcción a lo largo del recorrido de cuatro o cinco tomas de agua para las locomotoras- así como una aportación económica que permita rehabilitar otros materiales necesarios para la puesta en marcha del referido tren.

Labores de apoyo

Este 'Tierras de Cantabria' estaría compuesto por tres coches de cuatro ejes, una locomotora y dos furgones, uno técnico y otro para equipajes, vehículos todos de época y rehabilitados. Rodaría los fines de semana entre Santander y Alar y viceversa; su velocidad de crucero rondaría los 50 kilómetros por hora -y 'puntas' de hasta 70 kilómetros hora-, y realizaría cinco o seis paradas que, por otra parte, permitirían introducir paquetes turísticos (visitas, excursiones y pernoctaciones). De un tirón, con las paradas técnicas necesarias, el viaje podría durar alrededor de cinco horas.

La máquina recién adquirida realizará labores de apoyo siempre en Alar del Rey. La principal función de esa locomotora será formar los trenes; es decir, realizar las maniobras necesarias para componer el convoy. No tirará del tren; a lo sumo, serviría para trabajos auxiliares.

Guasch sostiene que «una vez que todo se solvente, que se cierren los acuerdos y se pongan a punto los materiales que tenemos repartidos en talleres de Villaverde, Lérida y Palencia, ese tren podría entrar en funcionamiento en dos años». El directivo de CEHFE indica que la explotación del tren no está concretada, y que podría realizarse desde una sociedad mixta o por empresas privadas. En Cantabria, un grupo de empresarios, reunidos en una Plataforma Empresarial, ya apuestan por este tren. Los promotores del proyecto no sólo buscan rehabilitar viejas máquinas: también reverdecer el viejo corredor de conexión entre Cantabria y Castilla y, al tiempo, ayudar a dinamizar aquellas comarcas.

lunes, 4 de junio de 2007

"Pequeñas Ideas para un mundo mejor"

Renfe. Pequeñas ideas para un mundo mejorRenfe colabora en el Día Mundial del Medio Ambiente con sus "Pequeñas Ideas para un mundo mejor"

Coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, Renfe ha puesto en marcha una serie de iniciativas con sus viajeros para promocionar este día y concienciar sobre la importancia de participar activamente en el reto de la Sostenibilidad.

A través de su estrategia de RSE, “Un Tren de Valores”, Renfe mantiene un compromiso permanente con el medio ambiente y la sociedad que, en esta jornada conmemorativa del 5 de junio, se simbolizan en sus “Pequeñas Ideas para un mundo mejor”.

Renfe ha editado 150.000 ejemplares de Pequeñas ideas para un mundo mejor, un Folleto-Decálogo formado por 10 postales que recogen aportaciones, relacionadas con el tren, que ayudan a disminuir el avance del calentamiento global. También se repartirán 30.000 pequeñas macetas con semillas de malvas, dentro de la iniciativa Plantas para todos, con la que RENFE busca implicar activamente a los viajeros en este compromiso con la Sostenibilidad.

Renfe también ha adaptado estos consejos a 5.000 pegatinas que se colocarán en los trenes de Cercanías de todos los núcleos y que permanecerán vigentes más allá del Día del Medio Ambiente, como reflejo del Compromiso de Sostenibilidad de Renfe, pilar fundamental de su estrategia de RSE, Un Tren de Valores.

Folletos y macetas en Extremadura

Renfe distribuirá en Extremadura aproximadamente 1.000 ejemplares de este Decálogo de Recomendaciones y Consejos, que se repartirán entre los viajeros de Media Distancia convencional y Alta Velocidad-Larga Distancia, tanto en la estación de Mérida como a bordo de los trenes con origen Madrid y destino Extremadura. El reparto se realizará durante las horas de mayor afluencia de viajeros, a primera hora de la mañana y a medio día.

La iniciativa Plantas para todos llegará también mañana a Extremadura con el reparto de 500 pequeñas macetas con semillas de malvas entre los viajeros de Media Distancia.

Un nuevo site en www.renfe.com/rse/trensostenible

Renfe ha inaugurado un site medioambiental en el que se expondrá, en un primer momento, el contenido del decálogo: “Pequeñas ideas para un mundo mejor”. Este site es el germen de un espacio sostenible relacionado con los efectos del cambio climático que permanecerá activo más allá de este Día Mundial del Medio Ambiente.

Por otra parte, Renfe ha patrocinado la edición el DVD 2050- ¿Es demasiado tarde?, que se une a la acción de concienciación y reflexión de los posibles efectos del cambio climático. Se han editado 60.000 copias de este documental que plantea las consecuencias de un repentino cambio climático.

El tren, el medio de transporte más sostenible

Los costes externos que los trenes de Renfe ahorraron en España en 2006 ascienden a 2.132 millones de euros. Se trata del más claro indicador integrado de Sostenibilidad del
transporte, que permite cuantificar económicamente el menor impacto negativo en la sociedad y el medio ambiente del tren frente a otros modos de transporte. En concreto, los costes externos aglutinan indicadores de cambio climático, contaminación atmosférica, accidentes, contaminación acústica y degradación del paisaje y la calidad de vida.

La prestación de cualquier servicio de transporte conlleva un impacto negativo sobre el Medio Ambiente que puede medirse económicamente en base a un sistema realizado por la consultora Infras y la Universidad de Karlsruhe para la Unión Internacional de Ferrocarriles(UIC). La conclusión es que el tren es el modo de transporte más sostenible y con menor impacto negativo sobre el entorno. En concreto, el tren genera 5 veces menos costes externos que el transporte por carretera de mercancías, 3 veces menos que el de viajeros por carretera y 2 veces menos que la aviación civil.

El estudio refleja que los trenes de Renfe ahorraron a la sociedad 2.132 millones de euros en 2006, de los que 962 millones de euros de ahorro se debieron al transporte de Mercancías; 750 millones a los Servicios de Cercanías y Media Distancia y 490 millones a los de Alta Velocidad/Larga Distancia.

La importancia de este ahorro puede medirse a la vista de la incidencia que los costes externos tienen en la economía española; en torno a un 10% del PIB. El transporte por carretera origina el 83% de los mismos, el aéreo el 14% y el ferrocarril sólo el 1,9%.

Indicadores por categorías

El principal efecto negativo que los trenes de Renfe ayudan a minimizar es el del Cambio Climático, capítulo en el que el ahorro de costes externos ascendió en 2006 a 767,5 millones de euros. Le sigue la Siniestralidad (490 mill. de euros) y la Contaminación Atmosférica, que representa 469 millones de euros entre los ahorros obtenidos por el transporte ferroviario.
A continuación se encuentra el ahorro en los efectos sobre el paisaje y la naturaleza, el deterioro urbano, la fragmentación y ocupación del suelo (277 millones de euros) y la contaminación acústica (127,9 millones de euros).

jueves, 31 de mayo de 2007

Toral de los Vados, 'a toda máquina'

Toral de los VadosLa localidad berciana vivirá este fin de semana una nueva edición de 'Toral en Tren', un acontemiento turístico-festivo en torno al mundo ferroviario. Esta vez, a bordo de la locomotora '7700 Inglesa', Toral se hermanará con O Barco de Valdeorras.

Todo está ya prácticamente preparado para que Toral de los Vados viva su sexta edición de "Toral en Tren" los días 2 y 3 de junio, con un completo y variado programa de actividades que arranca el sábado, a las 12:00 horas, con la inauguración de la exposición de maquetas y material ferroviario, así como fotografías en torno al tren. También a esa hora entrará en funcionamiento el Divertrén de cinco pulgadas para los más pequeños con un recorrido por la Plaza de la Estación.

Uno de los actos centrales llegará ese mismo día a las 15:00 horas, cuando de la estación toralense partirá la locomotora 7700 Inglesa -en esta ocasión la Mikado no podrá hacer el recorrido- con destino a la vecina localidad ourensana de O Barco de Valdeorras, en cuya estación se llevará a cabo el hermanamiento entre sus respectivos vecinos.

Tampoco debemos olvidar la tradicional ronda ferroviaria por los bares de Toral, como aperitivo a la Cena Ferroviaria en el pabellón, con un aforo limitado a 250 personas, siendo el coste de la invitación de 22 euros para los adultos, y gratuita para los niños (venta de entradas en el Ayuntamiento. Tel. 987 54 52 31).

Ya el domingo, día 3, cabe destacar la actividad "Caricaturízate", mediante la cual varios dibujantes emplazados en la Plaza de la Estación y la Avenida Santalla de los Oscos realizarán caricaturas a los interesados. También mencionar el teatro de calle que tendrá lugar a cargo de la compañía "Raúlez".

CON LA PRESENCIA DE AMIGOS DEL FERROCARRIL DEL BIERZO

Como consecuencia de las gestiones llevadas a cabo por su junta directiva, la Asociación de Amigos del Ferrovarril del Bierzo dispone actualmente de un local destinado a sede social en el edificio de la estación de Toral de los Vados. Varios socios estuvieron acondicionándolo durante esta primavera para poder iniciar su actividad social en el mismo.

Durante el Toral en Tren de este año tendrá lugar un “acto de cesión” por parte del Ayuntamiento, el cual se usará a su vez para inaugurar la sede de la Asociación. Este acto se realiza como paso previo a la firma definitiva del contrato de cesión del local, que tendrá lugar en las siguientes semanas.

Desde la Asociación se hace un llamamiento a todos los socios para asistir al evento. "Se trata de un acontecimiento muy importante para nuestra Asociación, y algo que llevábamos más de una década esperando. Algo además que supone un punto de inflexión en nuestra actividad social y en nuestro futuro. Por ello, invitamos a todos los socios a asistir al acto, pero sobre todo, no como meros espectadores, sino siendo partícipes directos del acto", se apunta desde la junta directiva del colectivo.

La Asociación tiene previsto montar un stand en la carpa de exposiciones similar al montado en abril en Fabero, en el cual se presentará la asociación a los visitantes, aprovechando también para captar nuevos socios.

domingo, 27 de mayo de 2007

Un francés diseñó en 1901 un tren para unir Lleida y el Aran

El ingeniero francés Luis Rouvière diseñó en 1901 una línea de tren que permitía unir Lleida y Francia a través del Aran. Su recorrido se consideraba estratégico porque rompía el aislamiento del valle y permitía comunicaciones muy importantes para sectores como los militares o la minería, a parte del transporte de viajeros y mercancías.

La iniciativa fue defendida por comerciantes, militares y políticos locales, que la presentaron a varios poderes públicos y alabaron su importancia estratégica. Sin embargo, las prioridades inversoras del momento la dejaron de lado hasta que cayó en el olvido varias décadas después de ver la luz y tras años de luchas que no dieron resultado.

En concreto, el proyecto se encuentra ampliamente descrito y defendido en una revista de 1924 adquirida por el Conselh Generau y conservada en la biblioteca auxiliar del Archiu Generau d’Aran. La revista plantea problemas que todavía gozan de vigencia y que, a criterio de sus autores, se solucionarían con la ejecución del proyecto.

Así, denuncia “el abandono especialmente grave que sufre la provincia de Lleida” y la define como “la más desatendida de Catalunya en lo que a comunicaciones se refiere”. Los autores del artículo, que no va firmado por ningún organismo en concreto, indican que es necesario “construir un ferrocarril que comunique el llano con la montaña”, y plantean que se haga siguiendo el río Noguera Ribagorçana y pasando por el Aran “para romper el aislamiento” que sufre el valle. Cabe recordar que en aquel momento aún no se había construido el actual Túnel de Vielha.

161 kilómetros

Rouvière planteaba un ferrocarril con una longitud total de 161 kilómetros dividido en tres secciones, y su proyecto detallaba todas las obras suplementarias, estaciones y tareas de mantenimiento que requería. La primera sección iba de Lleida a la Plana d’Urgell, concretamente en la Casa de Lleida de la presa del Canal de Pinyana.

En este tramo el ingeniero situaba la primera estación en Torrefarrera y otras en Rosselló, Alguaire y Almenar. Como complicaciones técnicas sólo indicaba un puente de 25 metros en Castillonroy.

La segunda etapa llegaba hasta Cierco, localidad situada justo encima de Vilaller. En este recorrido destacaban los congostos de la parte baja del Noguera Ribagorçana, que estrechaban considerablemente el espacio que podía ocupar el ferrocarril. Una de las estaciones se establece en Tragó, y para llegar a ella ya han sido necesarios pequeños túneles en el desfiladero de Pinyana.

En Corsà se sitúa otra estación, y tras cruzar Montrebei el tren llega a Puente de Montañana. Tras este punto, Rouvière plantea superar el paso de Escales con tres nuevos túneles para llegar a Pont de Suert pasando por la parte izquierda del río. En la capital de l’Alta Ribagorça la estación se prevé en la parte alta del pueblo.

Finalmente, la tercera etapa llegaba hasta la Val d’Aran, con su estación final en Era Lana de Les. La primera estación tras Cierco sería Senet, después el Espitau de Vielha, de la que ya se destacaba su posición estratégica a nivel turístico, como punto de salida de excursiones a pie. Para entrar en el Aran planteaba un túnel en el Còth deth Horo, donde consideraba que sería más corto.

Una vez dentro del valle, el tren baja por el lado del río Nere hasta Vielha, desde donde sigue el recorrido del Garona con estaciones en Aubèrt, Es Bòrdes, Bossòst y Les. Para salvar los accidentes geográficos del Aran proyecta varios puentes, como el del Espitau de Vielha, el de Sasplàs o el del Nere, el del Saut deth Lop.

El proyecto, con un presupuesto superior a los 31 millones de pesetas, plantea unos gastos de mantenimiento anuales de 148.000 pesetas. El texto definía otras concreciones como el personal de mantenimiento necesario o las características de las estaciones y las máquinas.


Los alcaldes araneses apoyaron el proyecto de Rouvière

La importancia estratégica del proyecto planteado por Luis Rouvière fue muy valorada tanto por políticos locales como por sectores sociales y comerciales, así como por altos mandos militares. De hecho, los alcaldes de los diez ayuntamientos araneses remitieron una carta al mismo Ministerio de Fomento para que contemplara la iniciativa. Del mismo modo, el proyecto fue presentado a otros poderes públicos y al mismo Rey Alfonso XIII en su visita a Lleida el 1924.

Los defensores de la iniciativa consideraban que era más positiva que la opción de realizar un tren paralelo que no pasara por el Aran, ya que el valor de dicho proyecto era precisamente romper el aislamiento de este territorio. Sin embargo, finalmente se construyó el tren de la Pobla.

Entre los efectos positivos de esta comunicación por ferrocarril se destacaba el potencial para el sector minero, la importancia estratégica a nivel militar y la prestación de servicio de transporte de viajeros, también para el turismo.

Fuente: La Mañana