Dos años de gestiones le ha costado al Centro de Estudio Históricos del Ferrocarril Español (CEHFE), con sede en Ontaneda, conseguir repatriar una vieja locomotora de vapor. Se trata de una máquina de principios del siglo XX superviviente de los trabajos en la línea Santander-Mediterráneo y que, cuando pase por el taller, volverá a prestar servicio en una línea turística que se proyecta entre Alar del Rey y Santander y que se denominará 'Tierras de Cantabria'.
«Ese ferrocarril no sólo tendrá carácter turístico», señala Carlos Guasch, vicepresidente de CEHFE; «también será importante la faceta cultural e histórica que proyectamos. Y de paso, ayudará a dinamizar el interior de las comarcas que atravesará». Principalmente, del norte palentino y los valles del sur cántabros.
La Junta de Castilla y León no sólo se ha interesado por este proyecto. De momento, y entre otras cuestiones, va a financiar la rehabilitación de esta locomotora; la Diputación de Palencia, por su parte, ha costeado el complejo y costoso transporte desde Angers, al noroeste de Francia, hasta los talleres de Lérida, donde se encuentra desde hace un mes. En cuanto al Gobierno de Cantabria, los responsables de CEHFE esperan que retome las negociaciones a través de la Consejería de Cultura, con quien se establecieron los contactos, «y mantenga los compromisos ya expresados», señala Guasch, «pero desde septiembre pasado no hay avances». Los contactos se interrumpieron en los meses previos a las elecciones porque el proyecto, se dijo, no era para comprometerlo en el final de una legislatura sino en el arranque de una nueva.
La contribución de Cantabria a este proyecto serían una serie de infraestructuras -como la construcción a lo largo del recorrido de cuatro o cinco tomas de agua para las locomotoras- así como una aportación económica que permita rehabilitar otros materiales necesarios para la puesta en marcha del referido tren.
Labores de apoyo
Este 'Tierras de Cantabria' estaría compuesto por tres coches de cuatro ejes, una locomotora y dos furgones, uno técnico y otro para equipajes, vehículos todos de época y rehabilitados. Rodaría los fines de semana entre Santander y Alar y viceversa; su velocidad de crucero rondaría los 50 kilómetros por hora -y 'puntas' de hasta 70 kilómetros hora-, y realizaría cinco o seis paradas que, por otra parte, permitirían introducir paquetes turísticos (visitas, excursiones y pernoctaciones). De un tirón, con las paradas técnicas necesarias, el viaje podría durar alrededor de cinco horas.
La máquina recién adquirida realizará labores de apoyo siempre en Alar del Rey. La principal función de esa locomotora será formar los trenes; es decir, realizar las maniobras necesarias para componer el convoy. No tirará del tren; a lo sumo, serviría para trabajos auxiliares.
Guasch sostiene que «una vez que todo se solvente, que se cierren los acuerdos y se pongan a punto los materiales que tenemos repartidos en talleres de Villaverde, Lérida y Palencia, ese tren podría entrar en funcionamiento en dos años». El directivo de CEHFE indica que la explotación del tren no está concretada, y que podría realizarse desde una sociedad mixta o por empresas privadas. En Cantabria, un grupo de empresarios, reunidos en una Plataforma Empresarial, ya apuestan por este tren. Los promotores del proyecto no sólo buscan rehabilitar viejas máquinas: también reverdecer el viejo corredor de conexión entre Cantabria y Castilla y, al tiempo, ayudar a dinamizar aquellas comarcas.
Fuente: El Diario Montañés
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