Japan Railways (JR) comenzará a usar la nueva serie N700 del tren bala desde el próximo 1 de julio en los trayectos comerciales de la línea Tokaido que une Tokio con Osaka, la segunda ciudad en importancia de Japón y distante en 550 kilómetros.
Sin haber sufrido nunca un accidente mortal y con una demora media de menos de un minuto, el Shinkansen simboliza la pujanza tecnológica de Japón desde hace más de cuatro décadas, cuando la alta velocidad era un concepto casi utópico en Europa o EU.
Mamoru Tanaka, director general de la división de operaciones del Shinkansen y encargado de coordinar el diseño del nuevo modelo, confesó hoy a Efe sentirse "responsable y orgulloso al mismo tiempo" por este encargo, durante la presentación a la prensa del N700.
En tres años entrará en funcionamiento en toda la red de JR una flota de 54 trenes de 16 vagones del nuevo modelo de tren bala, con una capacidad de transporte de mil 323 pasajeros cada uno.
El nuevo N700 actualiza la antigua serie 700 en todos los aspectos: consume un 20% menos de energía, es más silencioso, más limpio, más ecológico, más ligero, mejora los servicios a bordo del tren y ofrece conexión a internet y enchufe en cada butaca.
El agresivo diseño de la cara del tren, en forma de pico de pato, responde, según los responsables del proyecto, a la eficiencia en el consumo de energía y a la aerodinámica pues aseguran que, a pesar de su atractivo, durante el proceso de creación no se ha tenido en mente la belleza ni se ha buscado el impacto.
Los ingenieros de Hitachi, Kawasaki Heavy y Nihon Sharyo, las empresas encargadas de la construcción de los trenes, no han aumentado la estandarizada velocidad máxima de 300 kilómetros por hora del Shinkansen, pero han instalado un sistema que lo hace bascular en las curvas y permite mantener la velocidad de 270 kilómetros por hora en esos tramos.
Pero, además de por su alta velocidad, el Shinkansen es famoso por su puntualidad, que según Tananka llega al extremo de que de entre los pocos trenes que se retrasan, la demora media es menor de un minuto.
Aspectos como la puntualidad y la eficiencia preocupan a Tanaka, quien minimizó la importancia del récord de 574 kilómetros por hora alcanzado recientemente por el TGV francés y apuntó que la velocidad no es el reto del Shinkansen: eso queda para el futuro gran proyecto de JR, el tren de levitación magnética Maglev.
Este tren circulará a partir de 2025 entre Nagoya y Tokio a 500 kilómetros por hora y en pocos años más hará innecesaria la conexión en avión entre Osaka y la capital japonesa, pues conectará a ambas ciudades en una hora.
El Shinkansen de Japan Railways es uno de los productos más conocidos de la ingeniería japonesa en todo el mundo, a pesar de que la tecnología que lo hace funcionar apenas haya sido exportada al extranjero.
Katsuhiko Ichikawa, director general del departamento internacional de JR, explicó que el Shinkansen es un sistema integral, a diferencia de los modelos europeos, por lo que su venta en el extranjero es más difícil.
Según Ichikawa, la operadora de las líneas tiene un departamento implicado en el diseño de los trenes, mientras que en Europa son empresas como la francesa Alstom y la alemana Siemens las que llevan la iniciativa al controlar de principio a fin la construcción de los ferrocarriles.
Aunque JR no descarta la exportación, sin embargo Ichikawa explica que Japón sólo vendería su más alta tecnología a países que respeten los derechos humanos y la libertad de mercado, como Estados Unidos y el Reino Unido.
Si Japón y JR han sido capaces de mantener el liderazgo de la alta velocidad en todo el mundo, una de las razones principales ha sido el gran volumen de negocio que proporciona el mercado nipón: sólo entre Tokio y Osaka el Shinkansen transporta cada año a 140 millones de personas.
Fuente: El Universal
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